martes, 18 de mayo de 2010

Juntos y perfectamente revueltos

A finales de los años 60 y principio de los 70 el productor musical Robert Stigwood, artífice entre otros de películas como Grease, Tommy o Jesuscristo Superstar, puso de moda el concepto de “supergrupo”, entendiéndose este como la unión de importantes músicos procedentes de distintas bandas, de aquella época los más destacados fueron Humble Pie o Cream, esta última con un joven guitarrista llamado Eric Clapton procedente de los míticos Yardbirds. En los últimos años el concepto de “supergrupo” ha desaparecido, y solamente tenemos las referencias de bandas como Audioslave, con Chris Cornell y Tom Morello, o Them Crooked Vultures, con dos pesos pesados como Dave Grohl y Josh Homme.

El grupo al que hoy le damos un repaso se puede considerar un "supergrupo" a la antigua usanza o más bien un "superduo". Broken Bells es el nombre elegido para la unión de dos excelentes músicos, uno de ellos más centrado en labores de producción, como es el caso del neoyorkino Brian Burton, conocido como Danger Mouse y reconocido como mejor productor de la década según la revista Paste, y el otro James Mercer, con una dilatada carrera como guitarrista y voz de la banda de Alburquerque, The Shins, una de las bandas más representativas del panorama indie de los estados Unidos en la última década.



Mercer y Burton se conocieron en un festival de verano en Copenhague allá por el 2004, y ambos se manifestaron admiración mutua desde el primer momento, lo que alimento la idea de colaborar de una u otra forma en un proyecto conjunto. Desde ese momento y hasta 2008 que fue cuando comenzó en serio el proyecto Broken Bells, las carreras de ambos han sido bien distintas. Brian Burton ha producido, entre otros, los discos de Beck o Gorillaz y sobre todo acaparó en 2007 las listas de éxitos y todos los premios posibles, entre ellos 5 grammys, con Gnarls Barkley y su aclamadísimo "Crazy", por otro lado, el futuro de Mercer y sus Shins ha sido más bien incierto en los últimos años, por lo que el nuevo proyecto llegaba en el momento idóneo para ambos.

Los dos pretendieron desde el primer momento que Broken Bells no tuviese nada que ver con sus carreras anteriores, Burton dejó a un lado la producción para centrarse en el aspecto musical puro y duro, componiendo y tocando el órgano, el bajo y la batería en todos los cortes del disco y Mercer amplía, su ya de por si amplísimo registro vocal, con el uso del falsete y unos tonos mucho más graves que los que solía utilizar con su banda. El resultado es un disco homónimo de 10 canciones y solo 36 minutos, que son suficientes para dejar un excelente sabor de boca.

El hecho de ser una formación nueva, lejos de cualquier etiqueta previa, ha llevado a Broken Bells a trabajar de una forma muy cómoda, experimentando, innovando, dando rienda suelta a todo su talento, sin preocuparse por ser fieles a unas señas de identidad que los grupos se ganan a base de años y discos. Han conseguido un sonido característico, sin saber de quién de los dos tienen más influencias, ya que son muchas las canciones en las que se nota la mano de Burton, pero la voz y el buen hacer de Mercer hacen que en muchas ocasiones nos recuerden a su banda. Un entente cordial y una química perfecta entre ambos que se nota a lo largo de todo el disco.

¿Y que se puede escuchar en un disco en el que han participado al 50% un DJ y un cantante de pop-folk? Pues 10 piezas de pop sin más pretensiones, todas ellas cuidadosamente arregladas y con la tranquilidad como denominador común, sin grandes sobresaltos, con influencias muy marcadas, como los sonidos cien por cien reconocibles en los últimos trabajos de Beck o Gorillaz, en los que Danger Mouse era su productor, recuerdos a los primeros discos de los Shins, melodías y coros a lo Beach Boys, pinceladas de The Cure, de Blondie e incluso de Ennio Morricone y el más puro spaguetti western en el tema “Mongrel Heart”, como se puede comprobar, un abanico bastante amplio de sonidos.

La tarjeta de presentación y single de debut es "The High Road" una excelente canción, suena bien y suena distinto, con un inicio marcado por una deliciosa melodía de sintetizador y las palmas que acompañan a la voz de Mercer durante todo el tema. Perfectamente arreglada, con un coro magnifico y un final que me recuerda al Karma Police de Radiohead, y esos son palabras mayores. Un muy buen tema, posiblemente lo mejor del disco.




Personalmente creo que las otras dos grandes canciones de este Broken Bells son "Vaporize" y "The Ghost Inside". La primera de ellas es otra pequeña joya, la canción con mas influencias de los Shins, aunque con mucha más electrónica que en los temas de los de Alburquerque, en la que destaca el maravilloso sonido del organo Hammond y el variadísimo registro de voz de Mercer que lleva la canción a su terreno. La segunda de las dos es la pieza mas popera del disco, de nuevo Mercer juega con su registro vocal y tira de falsete para recordarnos a Prince en un tema diferente al resto de canciones del disco, posiblemente sea el tema más electrónico, pero que solventan con una nota altísima.

La neo-psicodelia y los sonidos más sesenteros no podían faltar en un disco tan variopinto como el de Broken Bells, quizás donde más se dejan notar es en el tema Your Head is on fire", donde los sempiternos Beach Boys y sus coros a lo Good Vibrations hacen acto de presencia.

Del resto del disco mucho a destacar, el piano en "October", los ramalazos de pop ochentero y chamber pop de los dos últimos cortes del disco "The Mall and the Misery" y "Mongrel Heart", este ultimo incluso con un guiño a Ennio Morricone y a las bandas sonoras de los típicos westerns americanos, y en general la delicadeza y a la vez contundencia con la que están ejecutadas todas las canciones del disco, algo que viniendo de quien viene es algo que se podía presagiar pero que queda perfectamente corroborado una vez escuchado el disco al completo.

Dicen que las mezclas no son buenas, pero cuando dos grandes artistas se juntan, a pesar de que sean de estilos diametralmente opuestos, es muy fácil que la cosa funcione, mucho más si entre los dos existe buena química como parece que existe en el caso de Broken Bells y sobre todo si los dos tienen esa palabra tan difícil de encontrar en la música actual… talento. Desconocemos si Broken Bells es un paréntesis en las carreras de estos dos grandes artistas o si por el contrario el buen resultado conseguido con este disco les servirá para continuar con su trabajo conjunto, sea cual sea la decisión que tomen Burton y Mercer nos quedará un más que variado y buen catalogo de canciones para recordarlos. Mientras tanto... a disfrutar.