domingo, 20 de junio de 2010

Del "Suizazo" a la Hysteria colectiva.

Estoy seguro que todos los que sois fans de MUSE, o fuisteis al concierto, o conocéis a alguien que estuvo y os contó cómo fue la noche del 16 de Junio. A los que no os gustan, o incluso no sabéis ni quiénes son, seguro que en alguno de los telediarios oisteis que 50.000 personas llenaron el Calderón uno de los días más tristes y raros de la historia del futbol español. Pues gracias a estos tres señores del también triste condado de Devon en Inglaterra, la fatídica noche del “Suizazo” en el mundial de Sudáfrica pasó a ser la noche en que MUSE conquistó Madrid.

Y es que no tenían nada fácil levantar el ánimo de la gente después del mal rato que nos habían hecho pasar nuestros seleccionados en la sobremesa, pero bastó con entrar en el estadio Vicente Calderón y contemplar ese macro escenario para darse cuenta de que esa noche se estaba cociendo algo muy gordo, yo personalmente, tarde menos de 1 segundo en cambiar a Iniesta por Matt Bellamy, a Villa por Dominic Howard y a Casillas por Chris Wolstenholme, resumiendo, me quité la roja y me puse la de MUSE.



Esta iba ser mi tercera cita en directo con MUSE, atrás quedaba ya ese concierto en la Riviera, hace casi 10 años, de tres jovencitos que hacían prácticamente punk, esos tres jovencitos hoy iban a llenar el Calderón, algo a lo que solo están acostumbrados vacas sagradas como U2, Madonna o los Rolling Stones. Mucho ha cambiado MUSE desde entonces, sus discos, pese a quien le pese han ido empeorando con el paso del tiempo, puede que hayan crecido como músicos y sus directos sean mucho más completos que antes, pero poco tiene que ver este The Resistance con una joya musical como Origin of Simmetry.

Ahora son mediáticos, muy mediáticos, demasiado mediáticos, y esto como todo en esta vida tiene su parte buena y su parte mala, ahora las gradas están llenas de gente que jamás pensarías que han escuchado como suena una guitarra eléctrica pero cantan Plug in Baby como si les fuese la vida en ello, hacen canciones para las películas más taquilleras, llenan estadios por todo el mundo y sobre todo montan espectáculos musicales como el que montaron el pasado mes de Noviembre en el Palacio de los Deportes de Madrid y como el que todos esperábamos que montasen en el Vicente Calderón.

Como todo lo bueno, se hizo esperar, mientras tanto, resistimos como pudimos a The Big Pink, que solo consiguieron que 4 o 5 personas levantasen los brazos con Dominos, una buena canción, y disfrutamos muy mucho con la voz personalísima de Tom Smith y sus Editors que dejaron claro que están para torear en plazas mayores y no conformarse con ser teloneros de nadie y deleitaron al cada vez más numeroso público con todo su mejor repertorio, destacando Papillon, An end has a start o Smokers outside the hospital doors.

El espectáculo comenzó exactamente a las 22:15, noche cerrada sobre Madrid con un cielo que había aguantado y resistido sin descargar agua gracias a todos los rezos y plegarias que llevábamos haciendo desde que nos levantamos por la mañana. El macro escenario, un engendro a mitad de camino entre un templo y una quilla de barco, comenzó poco a poco a iluminarse, decenas de personas salieron de detrás del escenario portando banderas simulando una especie de manifestación antiglobalización, y de pronto… empezó a sonar el Uprising, había comenzado el concierto.



Con la tremenda duda de no saber qué hacer, si cantar y saltar o seguir mirando la excepcional combinación de luces, pantallas y focos, el aire marcial de Uprising consiguió que nos metiéramos de lleno en el concierto y sin apenas tiempo para respirar los trallazos se fueron sucediendo y un público cada vez mas entregado disfrutó con clásicos de los de Devon como New Born, Supermassive Black Hole o la excepcional Map of the Problematique.

Es perfectamente entendible la inclusión de Neutron Star Collision en el setlist, es su última canción perteneciente a la banda sonora de Eclipse y están en plena promoción, pero sumada a la insulsa Guiding Light, a pesar de recordarme a Vienna de Ultravox, nos dejó a todos un pelín fríos. Era el momento de subir la temperatura, era el momento de la Hysteria colectiva, era el momento del bajo distorsionado de Chris Wolstenholme, era el momento de botar en la pista y de que los que estaban en las gradas se levantasen definitivamente de las sillas y no se volvieran a sentar en todo el concierto.

Llegado a este punto ya teníamos todos claro que Matt Bellamy tiene un talento descomunal, su voz, prácticamente perfecta durante todo el concierto, y el hecho de hacer absolutamente lo que quiere con cualquiera de las 6 o 7 guitarras que sacó, no es suficiente para un genio que cogió la banqueta y se sentó al piano para interpretar, y de qué forma, ese tema con aires de Queen llamado United States of Eurasia, y sobre todo para bordar megáfono en mano el Feeling Good. Sin lugar a dudas uno de los momentos álgidos de la noche.

Si después de casi una hora no habíamos alucinado lo suficiente con el espectáculo musical y visual, una plataforma móvil salió de no sé donde para que primero Chris y Dominic nos deleitaran con un jam repleto de fuerza y ritmo, sensacional el detalle de la batería iluminada, y para que más tarde se sumase Matt para interpretar el tan querido y odiado a partes iguales “Undisclosed desires”, boquitas abiertas y ojos como platos una vez más.

Una intro con The House of the Rising Sun de los Animals dió paso a los últimos 4 temas del concierto antes de los bises, Resistance, que no sonó como en el mes de Noviembre, Time is Running Out, Unnatural selection y Starlight, esta última de las más esperadas de la noche, hay que ver lo bien que suena esta canción en directo y lo emotiva que la hacen las palmas del público. Momentazo y despedida de mentirijilla porque todavía quedaban muchísimas cosas más.

Y es que las principales sorpresas del concierto estaban en estos dos bises, seis canciones mas, Unintended, que estuvo acompañado por los móviles y mecheros de todo el estadio, Exogenesis Part1, una canción que en un concierto quizás se queda descolgada, a no ser que se te ocurra sacar un platillo volante y una trapecista haciendo equilibrios a 30 metros de altura… sin palabras, la siempre poderosa Stockolm Syndrom, Take a bow y el traje de luces de Matt Bellamy, y no me refiero a que fuese vestido de torero, y posiblemente junto con Starlight las dos canciones que todo el mundo esperaba que llegasen, Plug in baby y esa obra de arte que es Knights of Cydonia, con la intro del Man with the Harmonica de Morricone, una canción más dentro del Black Holes and Revelations pero la canción que representa a MUSE en su estado más puro, en directo, una perfecta canción de estadio que desató la locura definitivamente si es que alguien no estaba ya desatado por completo.

Mas de dos horas de puro espectáculo, de talento, de luces y sobre todo de música, porque que a nadie se le olvide que detrás de todas esas pantallas, focos, plataformas, platillos volantes y trajes de luces hay dos excelentes músicos y un tercero cercano a la genialidad. Son muchos los críticos que dicen que el señor Bellamy se ríe de nosotros, sus fans, que hace lo que quiere y como quiere, que se le perdona todo y que es un ególatra con un problema terrible de Megalomanía, gran canción por cierto, pues posiblemente, ¿y que? Yo solo se la cara de tonto con la que salí del Calderón, el dolor de mandíbula que tenía de cantar y tener la boca abierta y el bajón que tenía al día siguiente del concierto, y eso no me lo pueden quitar ni los críticos ni el supuesto egocentrismo del Señor Bellamy. Un concierto memorable, posiblemente de los mejores que he visto en mi vida y de los mejores que veré… seguramente hasta la siguiente gira de MUSE.

1 comentario:

  1. Un buen reportaje ;) Totalmente de acuerdo con este párrafo: "Llegado a este punto ya teníamos todos claro que Matt Bellamy tiene un talento descomunal, su voz, prácticamente perfecta durante todo el concierto, y el hecho de hacer absolutamente lo que quiere con cualquiera de las 6 o 7 guitarras que sacó, no es suficiente para un genio que cogió la banqueta y se sentó al piano para interpretar, y de qué forma, ese tema con aires de Queen llamado United States of Eurasia, y sobre todo para bordar megáfono en mano el Feeling Good. Sin lugar a dudas uno de los momentos álgidos de la noche."


    Momentazo de la noche :)

    Un saludo,
    Mun

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