martes, 21 de septiembre de 2010

London calling

Me encanta Londres, me encanta, me encanta, me encanta y creo que podría tirarme así media hora, y es que creo que existen más de 300 razones por las que me encanta. Independientemente de que de las 300 razones unas 200 son por cosas que suceden pasadas las 10 de la noche, es broma, hay una cosa que me apasiona de la capital del Reino Unido y es que se respira música por los cuatro costados, ya sea en la calle más recóndita, la tienda más cutre o el pub mas perdido de Londres, y no estoy hablando de una música cualquiera, estoy hablando de música de la buena.

Londres ha jugado siempre un papel importantísimo en la historia de la música moderna, como centro neurálgico de la actividad cultural del Reino Unido, ha sido la cuna de un buen número de géneros musicales claves en el desarrollo de la música, es el caso de la British Invasion de los 60 y los Kinks como grupo londinense mas notorio, el movimiento mod con The Who (en la foto) a la cabeza, el Punk y grupos tan importantes como los Sex Pistols o The Clash, el Glam Rock con David Bowie y T-Rex al frente, o más recientemente el Britpop, donde posiblemente Suede fueron los londinenses más destacados.


Hoy en día Londres es el punto de convergencia de infinidad de corrientes multiculturales, la tan manida expresión crisol de culturas, y que puede sonar a topicazo, es totalmente cierta y es en sus calles, clubs y pubs donde se mezclan todos los ritmos del mundo, la música suena en cada rincón de la ciudad provocando una continua evolución de sonidos y un flujo constante de talentos.

Y es que para los que nos gusta la música, y sobre todo la música inglesa, viajar a Londres es una autentica delicia, todo lo anteriormente comentado lo puedo constatar en primera persona, y es que basta un viaje de apenas cuatro días para encontrarte inmerso en infinidad de momentos musicales, no son situaciones especiales ni raras, porque me pasan cada día aquí en España, en Madrid, en Alcalá, donde vivo, pero sinceramente, no se parecen en nada. No sé si por suerte o por desgracia, más bien por esto último, la música cotidiana londinense no tiene absolutamente nada que ver con la música cotidiana nuestra, y cuando digo música cotidiana me refiero a la que suena en el metro, en una tienda cuando entras a comprar, en el hilo musical de un bar o en la discoteca o bar de copas de moda.

La mejor forma de que entendáis lo que quiero contar es con ejemplos, porque hay muchos, quizás uno de los más sorprendentes es el de los músicos del metro, ya que durante los infinitos paseos que he dado estos días por el subsuelo londinense he podido escuchar un repertorio extenso de grandes canciones, un amplio abanico de temas que han ido desde el delicioso (Nice Dream) de Radiohead al clásico de Crosby Stills & Nash, Helplessly Hoping, no eran virtuosos pero simplemente que un músico en el metro se decante por estos temas significa que el chip musical es totalmente distinto al nuestro.

Algo parecido me ocurrió en la visita al Emirates Stadium, el campo del Arsenal, aparte de ser un campo espectacular y súper moderno y dejando atrás el hecho de que la megafonía sonaba de maravilla, la selección musical de los momentos previos al partido fue espectacular Hard-Fi y su Living for the Weekend, Empire de Kasabian, Sweet Disposition de The Temper Trap o el mítico, y ya casi himno de la ciudad, London Calling de The Clash. Pero si hubo algo que me sorprendió en mi visita al campo del Arsenal fue uno de sus himnos, al menos el que utilizan en el momento en el que sale el equipo al campo, que no es ni más ni menos que The Wonder of you de Elvis Presley. No voy a compararlo con los himnos del Madrid, del Barcelona o del Atleti, todos tienen su encanto, pero os aseguro que escuchar a 20.000 gunners cantando al Rey… es otra cosa.

Si sales de copas por Londres y vas a uno de sus numerosos clubs, el equivalente a nuestras discotecas, lo más normal del mundo es que no te pongan a Los Beatles, a los Rolling Stones o a los Kinks, además a esas horas seguramente la mayoría de la gente ni los distinguiese, pero si es verdad que entre todos y cada uno de los éxitos actuales que se bailan en las pistas de medio mundo, de vez en cuando aparecen canciones que te sorprenden y con las que la gente reacciona como aquí en España lo hacemos con nuestra… pachanga, obviemos las diferencias. Canciones como la genial Chelsea Dagger de The Fratellis, Song 2 de Blur o la maravillosa You’ve got the love de Florence and the Machine desatan, a los ya desatados de por si, ingleses. Pero hubo una canción que me sorprendió escucharla en una discoteca y que la gente la cantase como si les fuese la vida en ello, se trata del clásico ochentero de los estadounidenses Journey, Don't Stop believin', no me pega nada en Londres y mucho menos en una discoteca… pero asi son estos ingleses.

Candem Market además de ser uno de los rincones más increíbles de Londres, es un paraíso para los amantes de la música. Si en Londres en general se respira música, en Candem es necesario usar mascarilla para no asfixiarse, tiendas repletas de camisetas, posters y merchandising de cientos de grupos, algo que cuesta muchísimo encontrar por aquí, por lo que no tuve más remedio que dejarme las últimas libras del viaje en frikadas varias, lo mejor de la visita a Candem estuvo en los dos pubs en los que hicimos los obligados y necesarios descansos, el primero de ellos The Elephant Head, el típico pub inglés, nos recibió con un monográfico de los Animals, casi nada, The House of Rising Sun, Don’t let me be misunderstood y We’ve gotta get out of this place nos acompañaron mientras acabábamos en un visto y no visto con una más que merecida pinta. El segundo de los pubs, The Blues Kitchen, era un local plagado de portadas de discos antiguos por las paredes, entre ellas la del single original de My Generation de The Who (video), un sitio que lleva más de 30 años programando música en directo y por cuyo escenario han pasado grupos como los sesenteros The Pretty Things o más recientemente Peter Doherty o The Drums.



Todos ellos son ejemplos sencillos que sirven para ilustrar lo que puede ser un viaje "musical" a la capital del imperio. Si a todo esto le sumas un paseo por el West End londinense donde se puede disfrutar de una completisima oferta de musicales o, si eres mucho mas friki, aprovechar para darse un paseo en metro hasta el norte de Londres y cruzar el paso de cebra de Abbey Road o posar junto a la puerta de los miticos estudios... volveras con ganas de aprender a tocar la guitarra electrica, encerrarte en un estudio de grabación y sacar un disco.

No quiero entrar en polémicas sobre qué música es mejor, la nuestra o la música inglesa, ¡dios me libre! Además, supongo que alguno podrá decirme que ellos no tienen una música popular tan extensa como la nuestra o que no tienen el flamenco, incluso más de uno se acordará de personajes tan importantes de nuestra música como Paco de Lucia, pero pienso que los británicos en general tienen mucha más cultura musical que nosotros y sobre todo respetan y cuidan mucho mas a sus artistas. Para un fanático de la música británica como yo viajar a Londres es viajar al epicentro de mis gustos musicales por lo que es totalmente entendible que disfrute en todos y cada uno de los viajes que he hecho a Londres.

Pero no solo me gusta ir a Londres para disfrutar de su música, hay miles de cosas que hacen que Londres sea una ciudad maravillosa sobre todo de día… y por la noche? por la noche haremos lo de siempre, porque nos gusta y porque nos divierte… ¡anda esto es de Coque Malla! ¿A ver si al final voy a cambiar de opinión?

4 comentarios:

  1. Me ha encantado la entrada. Como siempre a tus pies.

    Y además, has nombrado una de mis ilusiones, qeu tengo muchas ganas de hacer, y es acercarme a Abbey Road y hacerme la foto del paso de cebra. Me tengo que apuntar un viaje a Londres contigo.

    So please, don't let me be misunderstood...

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  2. From the cradle...ahí está todo dicho fue la cuna de casi todo, no me voy a poner a recordar bandas, pero siempre las preferí a las americanas, no se por qué...por su idiosincrasia imagino, porque me tocaban la fibra sensible y despertaban mis miembros aletargados, por ser innovadores, imaginativos,
    llenos de talento...y que conste yo empecé a escuchar música anglosajona porque al principio era mi compañera en el estudio y prefería no entender las letras para no distraerme, ahora ,
    tarde ya...me se unas cuantas canciones que
    nunca me han abandonado. Gracias Caña, con ganas de tertulia (que no se entere Su, q se apunta :)

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  3. Gracias a los dos!!!

    Jesús, cuando quieras hacemos ese viaje y nos hacemos mil fotos en el paso de cebra de Abbey Road...

    Jose, a ver si es verdad lo de la tertulia, dejaremos venir a Su, no?? aunque no hable jejeje

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  4. Creo que cuando llegue a Londres no querré venir de vuelta a España... Ya no sé si reír o llorar. Lo digo en serio. Me ha parecido brutal la descripción de Londres y su música, y lo digo porque a pesar de que no conozco demasiado el panorama británico, más allá de la generación que marcó The Who, me estaba imaginando entrar en cada uno de esos clubs y empaparme de esta música.

    Está claro que el concepto que tienen de la música es diferente, supongo que como cada cultura. Y leyendo esta GRAN crónica -puedo decirlo alto y claro- se me vino a la cabeza Pulp. (http://www.youtube.com/watch?v=DqgXzPfAxjo) Debe ser que lo asocio directamente a Gran Bretaña ^^

    Y sabes qué estaba pensando? Me regalaron hace un par de semanas un cuaderno de viaje de Londres, pero creo que no podría describir mejor que tú la escena musical que allí se respira. Y fíjate lo que te digo, aún no estuve!!!

    En fin... Allí nos veremos!! London (is) calling (us)

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